martes, 20 de abril de 2010

Salon Blanc de blancs 1995




-Aspecto: límpido, brillante, cristalino.
-Color: amarillo pajizo con un ribete dorado.
-Copa parada: mantequilla, levaduras, bollería, panadería, compota de melocotón, piña madura, plátano, kivi, balsámicos y vainillas.
-Copa agitada: manzanilla, heno recién cortado, hierba fresca, manzana roja, pera, melón, muebles viejos de madera, piel de animal.
-Boca: -Ataque: untuoso y goloso.
            -Paso: fresco, casi oleico y seco.
            -Final: ligeramente amargoso y equilibrado.
            -Burbuja: fina, perfectamente integrada y presente.
-Caudalía: muy larga.
-Temperatura: 11º - 12º C.
-Maridajes: mojama, anchoas, ventrisca de bonito, carne de caballo, Idiazábal, macarrones de la madre de Mario.
-En conjunto resulta un champagne muy elegante, amplio, sabroso, untuoso, fresco, intenso y persistente.


       En 1995 el grupo de música “Los Rodríguez” sacaba a la venta un disco en el que afirmaban creer haber encontrado la fórmula de resistir al tiempo y olvidar el dolor. Tuve la  misma sensación el domingo por la tarde, cuando con dos de mis amigos abrimos la tan ansiada botella de Salon; fue espectacular la cantidad de aromas que emergían de la copa y envolvían el ambiente de cestas de compra recién llegadas de la frutería, pan recién hecho, y desayunos en casa de la abuela, sentados en una antigua silla y comiendo tostadas. De la copa a los labios, y en los labios un beso, delicado y untuoso, de esos que enamoran en un instante y ese momento dura años. Se fueron las penas, desapareció el dolor y el tiempo no importaba mientras quedara vino. Delicioso y gratificante, sabroso y untuoso, fino, potente y equilibrado,…. encantador. Hoy pienso, y me doy cuenta de que como si de una profecía se tratara, el año en el cantaban “Aquí no podemos hacerlo”, se gestaba en las viñas la añada del Salon que me hizo feliz.
Max Bao

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