De las colinas dell´Oltrepo Pavese nace
este fascinante vino, elaborado con uvas Barbera y Croatina a través de las
Bodegas Conte Vistarino, situadas en el distrito Rocca di “Giorgi”.
El vino sangue di giuda toma su nombre
del color rubí que lo caracteriza ya que dice la leyenda que Judas se
arrepintió por traicionar a Jesús, en la otra vida, resucitó y apareció en la
ciudad de Broni. Allí fue reconocido por la gente, que queriéndolo matar por segunda vez, realizó un
milagro. El milagro fue librar de parásitos los viñedos locales de donde
procede actualmente el vino sangue di giuda.
COLOR: Cromáticamente es potencialmente
atractivo por su tono rojo picota intenso, limpio y brillante, lo que produce
esa cierta similitud a la sangre convirtiendo un momento de total
espiritualidad al tomarlo.
AROMAS: En cuanto a la fase olfativa destaca la
frutalidad, concretamente frutas ácidas como la manzana verde y los frutos rojos sobre un toque de dulzor.
EN BOCA: Gustativamente se aprecia un agradable
sabor fresco y dulce acompañado de una
ligera acidez. El borboteo de sus burbujas en la boca proporciona sensaciones
jóvenes, producidas por el carbónico de forma endógena obtenido por una segunda
fermentación, haciendo de este vino un distintivo de calidad.
Sangue di Giuda es ese tipo de vinos que
se puede escoger antes de decidir qué comer, ya que si el vino es bueno la
comida sabrá mejor…
Personalmente lo suelo tomar en Don
Salvatore, restaurante italiano que me
fascina por la calidad de sus platos, por su cuidado al detalle y por un
excelente servicio. Pasta con salsas, carnes al horno y a la parrilla y quesos
son platos ideales para acompañar a este vino que junto a un ambiente como el
descrito hace de una comida un momento único.
La elección de este vino para la
realización del blog es de carácter sentimental, ya que lo descubrí con una
persona muy especial para mí, quien
marcó muchos años de mi vida. Sangue di Giuda no sólo supone ser mi vino
escogido por su sabor sino también el recuerdo de un conjunto de sensaciones
que llenó mi vida de felicidad en aquel momento.
Lorena Reyes Cuevas